*Por José Eduardo Mora
Especial para ¡Qué Torta!
Sin siquiera haber terminado la fase regular del Apertura, y ya Jeaustin Campos agita las aguas de las semifinales, al hablar de la “fiesta grande” y de paso manda un fuerte mensaje a los contendientes, al asegurar que les esperan siete partidos.
Bien por el entrenador herediano, porque a este fútbol nuestro no solo le falta chispa en el campo, como vimos contra Panamá, sino también fuera de él.
Se extraña la ausencia de un Juan Luis Hernández Fuertes, por ejemplo, que era un polemista nato, y que dotaba a las discusiones de contenido, de retórica, como no podía ser de otra manera, y de valentía.
Hoy no hay, ni por asomo, un personaje como Juan Luis Hernández Fuertes, de modo que cuando Jeaustin Campos, sale a advertir a sus rivales de que se tienen que preparar muy bien, porque a ellos les faltan siete encuentros, le da al certamen un matiz necesario.
En lo que no lleva razón el técnico florense es que no hay una correlación entre resultados y rendimiento. Es muy raro que un equipo que siempre juegue bien, no obtenga los marcadores que pretende y requiere.
Debería recordar el señor Campos, que un partido no es medio tiempo, o solo ochenta minutos, sino que son 90 y algunos más, y si jugase México y necesitase empatar, la Concacaf estaría anuente a extender ese partido hasta el infinito, con tal de que los aztecas obtegan el resultado debido.
Volviendo al Herediano y a Jeaustin Campos, es bueno que la fase final del torneo sea lo más disputada posible, porque redundará en las posibilidades que tiene nuestro fútbol de mejorar, que no es tan malo como algunos quieren pintarlo, para así disimular las muchas falencias exhibidas por el técnico de la Selección, Gustavo Alfaro.
En fin, que en el espíritu de Jeaustin Campos, a ellos les quedan siete partidos. Que la Liga, Saprissa y Cartaginés hagan cuentas.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL