*Por Manuel Benavides Barquero
Sacerdote e historiador
Aunque algunos han querido exagerar la valentía de los llamados “próceres”, hay que tener en cuenta dos cosas. Primera, comparativamente las luchas de los costarricenses fueron mucho menos y no tan violentas como en las otras provincias. Segunda, no hay que confundir el luchar por la declaración de la Independencia con el proceso posterior de qué hacer con ella, qué forma de gobierno elegir. Son dos cosas diferentes y la segunda no justifica el que queramos exagerar la expresión de que los ticos tuvieron que luchar por la Independencia.
A esto hay que agregar, que, aunque los defensores de la fecha del 29 de octubre afirman que no solo Costa Rica, sino las demás provincias del Reino estaban separadas de Guatemala, resulta ser que eran parte de la Diputación Provincial guatemalteca menos Nicaragua y Costa Rica. Pero, además, las dos antes mencionadas, tampoco estaban totalmente separadas, pues a pesar de tener una Diputación provincial que en muchos campos del poder ejecutivo les daba autonomía frente a Guatemala, en lo militar, en materia hacendaria y en la administración de justicia en segunda y tercera instancia, dependían de la capital del Reino donde tenía la sede la Audiencia.
Es decir, sus decisiones también nos contemplaban y afectaban. En todo caso, de querer defender que Costa Rica estaba separada de Guatemala, los mismos argumentos obligan a reconocer que, entonces, la fecha de nuestra Independencia es la de los nicaragüenses, pues estábamos unidos a ella por medio de la Diputación Provincial de Nicaragua y Costa Rica, según los estipuló la Constitución de 1812 emitida por las Cortes de Cádiz.
Un ejercicio parecido como el aquí hecho sobre la fecha de la Independencia merecen los otros aspectos del proceso emancipador, sacando a la luz otros significados e intenciones de los actores que hasta ahora se nos han presentado como los principales.
Hay que matizar la responsabilidad recargada que se le ha atribuido a España como causa única, porque, además, los centros de poder del área centroamericana eran más perjudiciales, de manera que la Independencia también era frente a Guatemala, a tal punto que Chiapas fue la primera en abandonar de manera rotunda el Reino y asociarse a México. Costa Rica también lo practicó frente a Guatemala y Nicaragua.
Hay que matizar a los “próceres” porque muchas de sus intenciones respondían a que las Cortes liberales y democráticas de España les estaban quitando muchos de los privilegios que tenían y los medios corruptos por los que abusaban de las poblaciones. Hay que sacar a flote otros actores de los grupos subalternos como los indígenas, los afrodescendientes y las mujeres que tuvieron papeles interesantes en el proceso y frente a sus opresores cercanos. Todo esto está detrás del proceso de Independencia y debe estudiarse para que los faroles, los desfiles, himnos y hasta la misma fecha tenga sentido.
El autor de este artículo publicó el año pasado el libro más completo sobre la Independencia de Centroamérica, titulado “El proceso de Independencia de las provincias del Reino de Guatemala. (1786-1824)”, que le mereció que la Academia de Geografía e Historia de Guatemala lo declarara miembro suyo bajo el título de Académico Correspondiente.