*Por José Eduardo Mora
Especial para ¡Qué Torta!
El entrenador de Alajuelense, Andrés Carevic, tiene razón al afirmar que el pase a la final de la Copa Centroamericana de la Concacaf fue un golpe de autoridad.
Sacar una clasificación al límite, con diez jugadores, cuando todo indicaba que iba a ser Herediano el ganador, lleva mérito y le da alas al equipo rojinegro de cara al Clásico del sábado 4 de noviembre del 2023.
Lo del plan espectacular, en cambio, al que alude Jeaustin Campos no está tan apegado a la realidad.
Los florenses jugaron la mayor parte del segundo tiempo con un hombre de más y fueron favorecidos con un penal inexistente, que les permitió remontar la serie.
Es en estos partidos, en los partidos grandes, en que los equipos muestran todo su potencial y Alaluelense lo hizo, para ganarse el derecho de disputar la final, ya sea contra Real Estelí o el Club Atlético Independiente de Panamá.
La sensación en la serie entre manudos y rojiamarillos es que los primeros siempre fueron mejores. Herediano tuvo que ir contracorriente y solo, tras el citado penal, tuvo ventaja.
La serie, por ende, marca si se quiere la realidad que se vive en el torneo nacional, en el que Alajuelense es el que todavía tiene posibilidades de terminar en el primer lugar, mientras que los heredianos todavía dejan ciertas dudas en su rendimiento.
En el duelo de banquillos, Carevic salió bien parado, dado que ya se nota que los golpes recibidos en otras oportunidades empezaron a dejarle valiosas enseñanzas. De eso se trata: de corregir.
Por el momento, Jeaustin Campos se queda a la espera de que el próximo año comience la Concachampions, porque perdió el mano a mano con Carevic.
Golpe de autoridad de la Liga, ante un Herediano que dio la sensación, en la serie, de estar siempre un peldaño más abajo de su rival.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL