La ministra de Justicia, Marcia González, renunció a su puesto después del escandalazo que se armó al destaparse que le mantuvo el perro amarrado a Hacienda durante cuatro años al dejar de pagar el impuesto a su mansión.
El presidente, Carlos Alvarado Quesada, quien unas cuantas horas antes le había perdonado la “pifia” de olvidar sus obligaciones tributarias, dio a conocer la información en su perfil de Twitter.
La denuncia la dio a conocer el medio digital ameliarueda.com, que argumentó en sus periodistas Diego Bosque y Josué Alfaro, que González se los “rodó” desde noviembre al esquivar las consultas que le hicieron sobre los atrasos que presentaba en Tributación Directa.
Esto le dio tiempo para ponerse al día con el impuesto la primera quincena de enero (pagó ¢3,7 milloncillos) y que cuando saliera la publicación argumentara que todo estaba en orden.
A la exfuncionaria no le salió bien el tiro y más bien tuvo que pedir disculpas y reconocer el error.
La sociedad Bajo del Sapoa Grande S. A., la preside González, y es propietaria del chozón donde ella vive, en Pozos de Santa Ana. La casa de lujo está valorada en más de ¢200 milloncillos.
González fue presidenta del Partido Acción Ciudadana (PAC) durante ocho meses entre el 2017 y el 2018.