Los Simpson vacacionaron en Costa Rica y disfrutaron de las bellezas naturales del país.
Así los mostró la serie en el episodio siete de la temporada 31 Livin’ la pura vida, que se transmitió en Estados Unidos este domingo.
Fue un sueño hecho realidad para Marge, quien siempre esperó que la familia Van Houten la invitara al paseo que realizan cada año a una villa de lujo con vista a la playa.
Incluso, Marge promocionó al país con su familia explicándoles que alberga el 5% de las especies del mundo en los bosques lluviosos.
En un principio, Homero y Marge dudaron porque era bastante caro, sin embargo no se resistieron a sus deseos de hacer un viaje único. Lisa los escuchó cuando hablaban de los costos y se llenó de angustia.
Junto a los Simpson y los Van Houten volaron los Hibbert y Patty, la hermana de Marge, con su nueva novia.
A su llegada, los Van Houten ofrecieron “miguelitos” (algo que en la imagen se parece mucho a los chiliguaros). Cuando el dr. Hibbert lo probó se dejó decir: “Es pura vida en un vaso”.

El papá de Milhouse, Kirk Van Houten, les explicó que pura vida es un estado mental, algo muy relajado.
Homero hizo una extraña amistad con la novia de Patty e incluso mientras los demás se fueron a hacer caminatas por el bosque, él se quedó con ella para broncearse en la playa y beber hasta emborracharse.
Al regresar, los dos se quedaron dormidos en la villa con las puertas abiertas de par en par, los monos se metieron y dejaron un desastre.
Marge estaba obsesionada con tomarse un selfi con Homero en una catarata y les quedó muy bonito, pero la novia de Patty arruinó el momento y les botó el celular al río.

Lisa y Bart comenzaron a averiguar cuánto les iba a costar el viaje a sus papás y se metieron en el cuarto de Kirk para revisar un libro en el que apuntó los costos.
Lo que encontraron fueron unos saleros con forma de las esferas de piedra de Diquís, que Lisa pensó que se trataba de las piedras reales, pero eran unos regalos que les iban a dar los Van Houten.

En ese momento, el papá de Milhouse le informó a cada familia, un poco molesto porque “la sorpresa” de los regalos se había arruinado, cuánto debían pagar.
A Homero casi le da un infarto, pero terminó firmando el cheque. Lo que nadie sabía es que los Van Houten no iban a pagar un cinco y todo les iba a salir gratis, pues la villa de la playa es de un familiar.
Al final, todos les pidieron que les devolvieran el pago y así lo hicieron.