Australia recibió el 2020 con un espectacular juego de pólvora en el que se utilizaron 100.000 fuegos artificiales, cuya inversión representó $4,5 millones.
El cielo en la marina de Sídney se iluminó ante la presencia de más de un millón de personas que despidieron el Año Viejo y recibieron el nuevo año con gran esperanza.
El alcalde de la ciudad, Clover Moore; Gladys Berejiklian, jefa de gobierno de Nueva Gales del Sur, un estado del sureste australiano, y el primer ministro de Australia, Scott Morrison, defendieron la decisión de llevar a cabo la actividad a pesar de los llamados de diferentes sectores de suspenderlo como repecto a los ciudadanos que han perdido sus hogares o familiares en los incendios devastadores que han afectado al país.
Más de 280.000 personas firmaron una petición para que el evento se cancelara.
Cabe destacar que juegos artificiales en la capital australiana, Canberra, y al oeste de Sídney, se suspendieron debido al riesgo elevado de incendio y por las condiciones extremas del tiempo, informó El Heraldo de la Mañana de Sídney.