Apenas este lunes don Luis Alberto Gámez, de 76 años, asimila lo cerquísima que le pasó la muerte y asegura que la única razón por la que está vivo es porque algo lo corrió y eso hizo que el carro que chocó contra su casa este domingo, justo donde él estaba sentado, no lo matara.
Don Luis, aturdido y todavía en shock, atendió a !Qué Torta! en la casa, mientras también respondía decenas de mensajes y llamadas de amigos y familiares y le contaba con un poquito más de detalle lo que pasó a los vecinos que llegaban a buscarlo y a ver con sus propios ojos el milagro.
“Ví el carro a 10, 15 metros y oí el golpe donde pegó con el carro y contra los portones. ¿Cómo brinqué y cómo escondí las piernas?, no lo sé. Quedé en shock y lo único que oía era a mi esposa gritar y fue lo que más me preocupó porque yo no podía hablar, no me movía y al oír los gritos de ella pensé lo peor. En cuestión de minutos había 20, 30 personas alrededor mío”, nos explicó don Luis.
“Yo padezco de la columna, padezco de presión alta, además de la edad, no soy tan rápido como para decir que en segundos voy a brincar, me voy a levantar, me voy a volver a sentar, no, algo me corrió, no tengo explicación. Yo veo los videos y me veo muerto”, agregó con la voz entrecortada.
De película
El señor estaba chapeando el zacate de la acera de su casa, se sentó un momentito en las gradas, en la pura entrada de la vivienda, para hacerle filo a los machetes, cuando escuchó un frenazo y en cuestión de segundos solo vio un carro encima de él.
Un video de una cámara de un poste captó el impresionante accidente, en el que se ve cómo un chofer bajó la cuesta en Kurú de Purral Abajo, en Goicoechea, como la película “rápido y furioso”, perdió el control del Hyundai que manejaba, pegó contra un carro que es del hijo menor del señor y terminó chocando violentamente contra el portón y las gradas, donde estaba sentado don Luis.
El accidente ocurrió a eso de la 1:30 p.m. de este domingo 17 de mayo, a unos 200 metros al este de Asembis. La tragedia pudo ser enorme, no solo porque el carro casi aplasta al señor, sino porque su hijo, la nuera y su nietita estaban a segundos de salir y montarse al carro que quedó absolutamente despedazado.
El Hyundai arrancó de un solo el portón de la cochera que hoy medio pegaron para que la casa no quedara tan desprotegida y con pérdida total está dentro de la cochera. La velocidad a la que viajaba fue tal en la calle se puede ver la huella de frenado de casi cien metros.
Pensó que estaba muerto
El señor pensó que estaba muerto y no solo los gritos de su esposa lo sacaron del trance, sino también su perrito Chiriu que le tiró encima ladrando como loco, asustadísimo.
Don Luis fue llevado a la clínica Jiménez Núñez, en Guadalupe, y solo tuvo una cortada de una pulgada y media en la pierna izquierda y por eso anda una venda. La muñeca izquierda también la tiene inflamada y adolorida, pero nada más. Todo mundo que pasa a verlo se queda con la boca abierta porque es imposible creer que solo tuvo esas pequeñas heridas para semejante choque.
Doña Delia Camacho, esposa de don Luis, contó que apenas pudo dormir porque el susto que se llevó fue horrible.
“Estaba en la sala y cuando veo es la casa sin portón, el carro de Pablo (el hijo) despedazado y lo veo ahí tirado, terrible. Hace una semana lo llevamos a revisar por un dolor en el pecho entonces lo hemos cuidado mucho y le acabábamos de decir que se metiera para que no se agitara mucho. Fue algo espantoso, una impresión muy fea”, dijo.
La señora recordó que todos los vecinos llegaron corriendo a ver qué pasaba y vio al chofer del Hyundai que causó el accidente bajarse y ver si don Luis estaba bien, pero en un momento, en medio del tumulto de gente, se fue, pero está segura que algún vecino lo frenó.
El conductor, quien al parecer no tenía licencia, les dijo que no tenía plata para pagar por todos los daños y que lo único que podía hacer era hacer era pagarles algo pero en “paguitos de polaco”, por lo que verán qué pueden hacer porque los destrozos de la casa y el carro no esperan. El carro no tiene seguro, la casa sí.
Como un gato
El señor es como un gato, porque no es la primera vez que ha visto tan de cerca a la muerte. Hace muchos años, en Puriscal, el camión que manejaba y que iba cargado con 750 cajas de cerveza se quedó sin frenos y volcó. Esa vez tampoco tuvo ni un rasguño, ni a su ayudante.
En otra ocasión, en barrio Los Ángeles, el señor iba en moto y fue levantado por un chofer que manejaba borracho. El tobillo izquierdo se le quebró en tres partes y tuvo una herida grande en la cabeza, pues pegó la cabeza contra el caño. Al despertar estaba internado en el hospital.
Don Luis dijo que esa calle donde vive los choferes la agarran como una pista y que hace tan solo un mes otro carro arrancó un poste de luz al viajar endemoniado. Lo que pide son reductores de velocidad porque “qué esperan, que haya muertos”, se preguntó.
Este adulto mayor es creyente y está seguro que la mano divina de Dios fue que lo movió para que ese carro que voló no le tocara un pelo, literalmente.
“Le agradezco a mi Señor por un día más”, recalcó.