Si el ministro de Seguridad, Michael Soto, pudiera aplicar una estrategia para combatir la delincuencia y los grupos criminales organizados sería la de prevención del delito.
¿Cómo lo haría? Recuperando espacios públicos, transformando zonas marginales del país en lugares que luzcan agradables entre otras medidas.
Sin embargo, reconoce que su principal función es atacar las narcobandas, a los ladrones y asesinos desde el punto de vista policial: detener, decomisar y vigilar.
Y aunque la institución que dirige desde el 8 de mayo del 2018 pone en práctica un programa para mejorar el alumbrado público, los plays y organiza actividades con los niños su mira se enfoca en la mafia.
En conversación con ¡Qué Torta! afirma que el país tiene problemas con el crimen organizado, pero que los indicadores en seguridad son positivos.
El ministro sostiene que a los capos locales no se les paga con cocaína, salvo algunas excepciones, o que los carteles mexicanos manejen las narcobandas de Costa Rica y desconoce si el narcochavismo está enquistado en el país. Esta es la entrevista:
-¿Cuánto ha crecido la vulnerabilidad de Costa Rica ante el asedio de las bandas de narcotráfico?
-Creo que uno de los principales problemas que tiene Costa Rica es ubicarse en la región donde está. Estamos en una de las regiones más violentas del planeta, en Latinoamérica vive el 6% de la población del mundo y ocurren un 33% de los homicidios del mundo.
Hay una sobreproducción de la cocaína en Colombia, entre 180.000 y 200.000 hectáreas de producción anual, como nunca antes. Esto se debe a que la erradicación de plantas de cocaína antes se hacía aérea, pero ya no se puede hacer por una resolución de la OMS (Organización Mundial de la Salud) y del país. Ahora se debe hacer manual. Eso implica que la efectividad sea más reducida.
La mata de coca ha tenido mutaciones genéticas, por lo que si antes había una o dos cosechas al año, ahora hay de tres a cuatro. Esto hace que la cantidad de droga que pasa por el istmo sea muy grande.
Las estructuras criminales que acarrean droga desde el sur de América hacia el norte, por ser un mercado tremendamente lucrativo, utilizan toda Centroamérica para asentarse y permitir el trasiego la droga.
De esto no escapa Costa Rica también tiene problemas Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, México, Panamá, Colombia; los países del Caribe tienen esa misma problemática y eso hace que no solo Costa Rica sea vulnerable, sino todos los demás países tengamos una vulnerabilidad importante porque hay decomisos en todos estos lugares.
Por ejemplo, México, con todo su poderío económico, con su Policía, con su Ejército, no ha podido ni ganarle a la violencia, ni a las estructuras del narcotráfico.
-¿A qué se debe que no se pueda vencer las estructuras del narcotráfico?
-Ningún país le ha ganado la guerra al narcotráfico, ni Estados Unidos.
La lucha contra el narcotráfico la está perdiendo el planeta desde los años setenta.
Eso hace que existan estados fallidos, que Costa Rica no lo es, pero hay estados donde se ha demostrado claramente que las actividades electorales, que las campañas políticas han sido financiadas por grupos de narcotráfico, grupos de crimen organizado.
Costa Rica es un país pequeño, que hace 70 años decidió no tener Ejército, que tiene como estructura una Policía civilista que ha sido efectiva a lo largo de los años, que apostó por esa línea y ha tratado de luchar con esa línea.
Debo decir que aunque tenemos problemas con el crimen organizado, ciertamente lo es, no lo puedo negar, la historia lo dice, hemos detectado células de estructuras transnacionales, lo cierto es que los indicadores de Costa Rica son positivos. Eso significa que se está luchando contra este tipo de asentamiento de grupos.
Ahorita solo nos gana Panamá y Colombia en cantidad de droga decomisada y eso significa que estamos luchando, pero no que estemos ganando la batalla. Esta batalla no la gana Costa Rica sola, sino todo el planeta.
-¿Cuánto ha crecido el envío de cargamentos de cocaína?
-Antes se decomisaba menos droga, pero se producía menos que ahora. La capacidad de Costa Rica en el mar también aumentó.
-Hay quienes critican y perciben que la política de seguridad en este tema no ha sido la más exitosa. ¿Qué política tiene al país con respecto a esto? ¿Qué se está haciendo para controlar lo que está ocurriendo?
-Uno debe aceptar todas las críticas, las críticas engrandecen, hacen ver otras ópticas de las circunstancias.
Tengo de trabajar en esto 28 años y mi carrera ha estado delimitada por homicidios y narcotráfico. La función que me asignaron es la política de seguridad desde el punto de vista policial y es lo que hago. Un policía detiene, decomisa, vigila.
Si eso le corresponde al Ministerio de Seguridad Pública (MSP) pienso que hemos sido uno de los más exitosos en decomisos, en desestructura de grupos nacionales, en detenidos y en otros temas.
Cuando alguien dice eso se lo respeto, probablemente no conozca los números o no conozca la función del Ministerio.
Creo que el tema de seguridad se previene con otro tipo de estrategias, creo en la prevención primaria, creo que uno debe invertir en temas para el futuro del país.
Hay una teoría que se llama ventanas rotas donde dice que si un lugar se ve feo hay una propensión mayor al delito. Un país que se ve feo, que vive en miseria, o con indicadores sociales muy malos o muy bajos, son tomados por el crimen organizado y hay ejemplos abundantes en Sudamérica.
Hay un ejemplo muuy bonito en Medellín, un trabajo que estamos haciendo con los colombianos que se llama Sembrando Seguridad, que es hacer un diagnóstico en las comunidades y con los municipios en recuperar espacios: ‘plays’, alumbrado público, actividades con los niños. Creo más en eso de repente que en lo policial.
-¿Qué golpea más en el país: el narcomenudeo o los grandes paquetes de cocaína que pasan por las costas?
-Si me pregunta por preocupación interna del Estado, siento una preocupación mayor por el consumo interno, por las organizaciones internas, porque nos matan, roban, amenazan, secuestran, una serie de circunstancias que ocurren.
Indudablemente esa es una preocupación mayor, pero tampoco nosotros podríamos ignorar lo que está ocurriendo con algunas estructuras cuidando rutas en el país que de cuando en cuando pueden estar vinculadas a homicidios.
-¿Cuánto afecta a las exportaciones que se decomisen contenedores cargados de cocaína en otros países que salieron de Costa Rica?
-Corbana (Corporación Bananera Nacional) en algún momento habló con nosotros y ciertamente debe haber alguna afectación. Están muy preocupados porque el hecho de que usted mande un producto a Europa y que su cliente le diga que iba cocaína dentro de su producto indudablemente que afecta al país. No tengo una forma de medir eso, porque no sé si perderán clientes o no.
Tal vez les hemos demostrado a los europeos que hay un compromiso de aquí en colaborar, porque a veces hemos avisado que va un barco para que lo revisen porque nos llegó una información que iba un contenedor con droga.
-Una publicación de ABC de España reveló que el narcochavismo estaba infiltrado en el país. ¿Es cierto o no?
-No tengo conocimiento de que haya ocurrido, sé que a la fiscal general le consultaron y se acogió al secreto de las investigaciones. No tengo conocimiento directo del tema. Supongo que la Fiscalía y el OIJ tienen algo en marcha. No hemos detectado ningún contenedor que contenga dinero con esas rutas.
-¿En qué situación se encuentra el país con la operación de escáneres en los puertos y las fronteras?
-Los escáneres no son exclusivos para drogas, sino para mercancías de todo tipo. El control de los escáneres no lo tiene el Ministerio, sino la Coalición Nacional contra Tráfico Ilícito de Migrantes y la Trata de Personas (Conatt).
Costa Rica solo tiene un escáner que está en APM Terminals. Cuando llegué al Ministerio no había ningún escáner conectado hasta que apareció el de APM Terminals y es insuficiente.
Hay avances para tener uno en las fronteras sur y norte. También habilitaría uno en Tablillas (Los Chiles, zona norte), Peñas Blancas, en Paso Canoas, en Caldera, en APM pondría otro, en Japdeva y en Sixaola. Estamos empezando. Ahora tenemos uno, antes no teníamos nada, y por el muelle que más mueve.
-¿El narcotráfico manda en el sur, el Pacífico central y el Caribe?
-Costa Rica no es un Estado fallido, pero debe poner atención y estar a la expectativa.
-¿Qué diagnóstico nacional hace con respecto a criminalidad y narcotráfico?
-Tenemos una problemática en el país, pero cuando usted ve las tasas de homicidio hemos logrado mantener los números de criminalidad. Veo que hay problemas de criminalidad en el tema de narcotráfico, pero también de violencia general en nuestra sociedad, se ha vuelto más violenta.
Los conflictos que se resolvían a patadas y puñetazos, hoy se resuelven a cuchillazos y balazos, la sociedad costarricense ha cambiado, pero es menos tolerante. Estamos en números manejables, a tiempo, pero es un replanteamiento que no puede resolver una persona, sino una cuestión de cultura nacional.
-¿En qué debe mejorar la seguridad del país?
-No voy a negar que tenemos un problema, que estamos haciendo todo lo que podemos como megaoperativos, compramos patrullas, aviones, avionetas, barcos, para estar en la calle para luchar, pero eso es contención policial. Como país debemos trabajar todos en prevención y eso no se ve a corto plazo.
-¿Qué tan efectivos son los megaoperativos?
-¿Cuál es la función de la Policía? ¿Evitar que los delitos ocurran o dejar que ocurran y detener a la gente? ¿Qué prefiere?
Hay días que hacemos megaoperativos y le digo a todo el mundo prendan las luces, que todo el mundo los vea y hagamos una transmisión en medio megaoperativo, porque el 50% de nuestros seguidores en redes sociales son delincuentes.
Aunque a veces la gente critica el objetivo es que no ocurran delitos. ¿Qué le sirve como ciudadano, que alguien le robe el celular y que la Policía lo detenga? Usted igual se sintió traumado, le pusieron un cuchillo, aunque recuperó su celular esa noche no va a dormir bien, tiene que ir a juicio contra ese delincuente. Prefiero que no ocurran. Hay días que nadie sabe, que nadie nos ve e igual detenemos personas.