*Por José Eduardo Mora
Especial de EL JORNAL para ¡Qué Torta!
El nuevo Comité Ejecutivo de la Federación Costarricense de Fútbol, encabezado por Osael Maroto, cree en el mesianismo, en el salvador bíblico, que llegará a un país y como por arte de magia cambiará una realidad compleja que lleva al menos tres décadas de intentos fallidos.
Dicho Comité nombró al argentino Horacio Elizondo como nuevo presidente de la Comisión de Arbitraje y viene con un sonado currículum, pero sin conocer ni un ápice de cuál es la realidad de los árbitros nacionales y quizá ni le informaron que no pueden ser árbitros profesionales, porque todos deben dedicarse a un trabajo adicional.
O sea, que en Costa Rica es al revés de cómo sucede en la mayoría de las ligas profesionales, en las que los réferis se dedican exclusivamente a arbitrar, sin tener que realizar ningún otra labor.
En este contexto, entonces, se puede inferir que Maroto y compañía piensan que un mesías puede llevar el arbitraje a otro nivel. Ya se había experimentado una fórmula similar en el anterior Comité Ejecutivo, cuando trajeron a Carlos Batres, de Guatemala.
Los resultados están a la vista: no se corrigió nada. No se mejoró nada.
Es el síndrome del mesías, que partirá la historia en un antes y un después. Esto es más fácil que ahondar en la verdadera realidad que experimenta el colectivo del arbitraje.
Y eso ocurre porque no es solo con un nombre como se puede mejorar en el apartado del arbitraje. Se requiere de un diagnóstico muy profundo, recursos, planificación y conocimiento, conocimiento de verdad, haber pitado en un Mundial y en Libertadores no es suficiente.
Como sucede con los entrenadores, Maradona, el gran Maradona, a quien admiro por siempre, estaba en la santísima trinidad de los más grandes de todos los tiempos, pero eso no garantizaba que fuese un gran técnico. Aquí pasa lo mismo. Un nombre que encandila y todos en procesión.
El camino del mesías no es la ruta para solventar los hondos problemas del arbitraje costarricense.
Esta idea del mesianismo que ahora aplican al arbitraje, también la utilizarán para la escogencia del nuevo seleccionador nacional.
Cambian nombres en la Federación de Fútbol, pero las estructuras son las mismas y nada, absolutamente nada, cambia. Se continúan aplicando viejos moldes, una y otra vez, sin haberlos evaluado ni media hora.
Por el momento, la figura del mesías es la que prevalece en la Fedefutbol. Si por la víspera se saca el día…
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL