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El zarpe para el Corregidor sobre Pablo Alvarado

*Por Manuel Benavides Barquero
Sacerdote e historiador

Vuelto el mundo a la normalidad después de la Navidad del 2024 y de las vacaciones de enero del 2025 retomo la entrega de pequeños artículos sobre Pablo Alvarado a través del medio ¡Qué Torta!, a cargo del editor, consultor y periodista Roberto Acosta Díaz.

Eran 20 entregas en total y llegamos hasta la número 15 en noviembre del 2024. Es necesario recordar brevemente para quienes les dieron seguimiento y para los nuevos contactos que se han sumado, las razones que me movieron a hacer esta investigación.

La ocasión que me obligó se presentó cuando el presidente, Rodrigo Chaves Robles, recibió una reprimenda de parte del Corregidor por lo que dijo en un discurso en las celebraciones de la Independencia, un 14 de setiembre el 2023, en la provincia de Cartago. 

La afirmación fue en torno a la forma pacífica en la que llegó la Independencia a Costa Rica; al ver la forma nada pacífica con que fue regañado, pero más aún con los argumentos equivocados que se hizo, decidí contestar con estos artículos. 

En uno de ellos advertí que no pretendía defender a nadie, pero sí corregir los datos históricos, especialmente los dados por el Corregidor en torno a Pablo Alvarado.

Con base en documentación de archivo ha quedado claro que no solo a Costa Rica, sino también a toda Centroamérica, la Independencia llegó pacíficamente; que éramos parte del Reino de Guatemala y, por tanto, sus decisiones jurídicamente nos contemplaban; que hay que distinguir entre “Junta de legados de los ayuntamientos” y la “Junta de legados de los pueblos”, son cosas diferentes y esenciales para entender porqué el Acta de Independencia de Cartago del 29 de octubre de 1821 fue solo para esa ciudad y no para todo Costa Rica, es decir, cada pueblo tuvo la suya.

Ha quedado claro que Pablo Alvarado no fue el inspirador ni de la Junta Superior de Gobierno, ni del Pacto de Concordia. 

Se ha matizado bastante, casi al punto de desaparecer, su supuesta condición de héroe de la Independencia, pues lo que hizo en 1808 no tuvo la dimensión que sus biógrafos le han dado, ya que iba dirigido especialmente contra Francia por haber invadido España. 

Se le hizo una sumaria porque algunas ideas políticas eran sospechosas; sin embargo, su estadía en la cárcel fue de unos pocos días y no de meses como se supone; no sufrió consecuencias como para impedirle ejercer sus derechos de ciudadano, matricular cursos en la Universidad y representar legalmente a su hermano sacerdote. Tampoco es cierto que fuera el primer médico costarricense graduado, pues no terminó su bachillerato, solamente ejerció esa ciencia de manera empírica.

La investigación encontró documentación que comprueba que tenía un estado mental alterado, lo que explica la obsesión que padecía, especialmente en lo que a ideas políticas se refiere. 

Su padecimiento fue de tal gravedad que sus familiares tuvieron que echarlo de su casa. El mismo mal produjo situaciones tensas en las sesiones del Congreso durante varios años y los legisladores iniciaron una investigación sobre su estado mental para discutir qué hacer con Pablo Alvarado.

El análisis de la documentación encontrada en Guatemala permite corregir las equivocadas afirmaciones que han hecho varios de sus biógrafos, provenientes, en parte, porque se atuvieron a muy poca información y, en parte, por la metodología antigua usada para crear héroes. 

Les impidió ese proceder hacer la crítica de las fuentes y ser víctimas de muchas trampas que tiene la investigación histórica si no se está advertido, entre ellas una propia de la época y que Pablo Alvarado usó: la reinterpretación del pasado inmediato para defender su posición frente a oyentes que estaban lejos para poder verificar la verdad de los hechos.

Así las cosas, quedan cinco entregas para terminar de aclarar este asunto. Esperamos contar con su paciencia para llegar hasta el final.

*El autor es académico correspondiente de la Academia de Historia y Geografía de Guatemala. Premio Cleto González Víquez 2022, de la Academia de Geografía e Historia de Costa Rica.

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