*Por MSc. Francisco Enríquez Solano
Profesor emérito de la Escuela de Historia de la Universidad de Costa Rica
La conmemoración de los 200 años de la Independencia de Costa Rica reviste gran importancia para los historiadores, pues estamos obligados a explicar este proceso histórico desde otras ópticas y fuentes.
No podemos llegar a la población con explicaciones simplistas o fundamentadas en textos antiguos que ya cumplieron su función. De tal manera, desde hace varios años, algunos colegas han venido trabajando con ahínco, escudriñando nuevas fuentes y tratando de dar otras explicaciones a las que tradicionalmente se ha transmitido sobre nuestra Independencia.
En diferentes medios de comunicación, programas de todo tipo y anuncios comerciales se viene mencionando el Bicentenario con frases clichés o eslogan publicitario, oímos cosas como “200 años de Independencia”, “200 años de identidad costarricense”, 200 años de paz”, “200 años de igualdad”, “200 años de libertad”, “200 años de democracia” etc.
Desde luego que nadie está obligado a hablar de lo que no conoce, pero debería de tener un conocimiento mínimo del proceso histórico que conduce a este Bicentenario y la debida contextualización de los términos enunciados. Ante ello, historiadores y otros profesionales de las Ciencias Sociales como antropólogos, politólogos o sociólogos, por medio de reflexiones críticas, deben procurar aclarar a la población sobre el significado del proceso histórico y los conceptos que se utilizan.
Así, al hablar de 200 años de Independencia, se tiene claro ¿de quién nos independizamos y por qué? O al mencionar 200 años de paz, igualdad y libertad, estamos dejando por fuera el desarrollo de nuestra vida colonial, pues dichos valores se empiezan a desarrollar antes de la Independencia.
También, al hablar de paz no podemos obviar que durante estos 200 años ha habido varios conflictos bélicos en lo interno o en lo externo, como el conflicto con Panamá, en 1921, cuando se celebró el primer centenario de la Independencia.
Lo mismo podemos cuestionar los 200 años de libertad y democracia, cuando tuvimos algunas dictaduras y la democracia que disfrutamos hoy en día se ha construido en gran parte a partir del siglo XX.
En cuanto a 200 años de igualdad, diversos estudios históricos demuestran que no existía en la colonia, ni en la vida independiente y que, si bien se han dado avances para llegar a una sociedad equitativa, hoy día, agravado por la pandemia, en nuestro país priva una gran desigualdad. También, es menester interrogarse de qué identidad se está hablando, cuando sabemos que siempre en nuestro territorio han existido varias identidades y por eso cada 12 de octubre se celebra el Día de las Culturas.
A pesar de dichos cuestionamientos, Costa Rica tiene una idiosincrasia particular que caracteriza al país y desde hace mucho tiempo ello ha sido motivo de elogio allende nuestras fronteras. Esta situación también debe de estudiarse y explicarse en su debida dimensión sin caer en chauvinismos o racismos.
De ahí, que estamos obligados a conmemorar esta efeméride provocando reflexiones que a través de redes sociales y diversos medios de comunicación lleguen a la mayor parte de nuestra población, sobre todo, debemos procurar que las nuevas interpretaciones sobre el proceso de Independencia y del desarrollo de nuestro país en estos 200 años lleguen al sector educativo por medio de programas y libros de texto para que docentes y estudiantes se nutran de estas explicaciones. Ese es el principal reto, sobre todo ahora con el famoso “apagón educativo” que nos ha provocado la pandemia.
Finalmente, debemos conmemorar esta fecha recalcando en los valores positivos de nuestra sociedad que se expresan en el dialogo, la tolerancia, el respeto y la solidaridad. Esto es lo que realmente quedará en el alma nacional, los drones, luces, pólvora y conciertos será como lo han dicho los organizadores “una fiesta”, la que al igual que otras pronto será solo un recuerdo.