*Por José Eduardo Mora
Especial de EL JORNAL para ¡Qué Torta!
Aunque critiqué el momento en que Rónald “la Bala” Gómez hizo las declaraciones sobre las deficiencias, según su criterio, de la forma de preparar el seleccionado por parte de Luis Fernando Suárez, hay un elemento en segundo plano que merece pasar al primer foco por la relevancia que tiene y es el silencio de los jugadores.
Ninguno siquiera deslizó el más mínimo detalle de que algo no andaba bien, con una Selección que todos veíamos que jugaba muy mal, lo que ratificaba partido a partido.
No digo que saliesen a la palestra a criticar a su técnico, entiendo que para hacer eso hay que estar a otro nivel, pero sí que evidenciaran, por la vía que eligieran, que adentro no todo andaba color de rosa, como hacia afuera se quería hacer ver.
Un equipo sin norte, eso era el seleccionado, pese a tener gente de tanta experiencia como Keylor Navas, Celso Borges y Bryan Ruiz. ¿Nada les pareció extraño?
Ellos tenían la responsabilidad, por ser capitanes y por contar con un mayor recorrido, de velar porque la situación al menos fuera normal.
El panorama presentado por la Bala Gómez no deja lugar a dudas: de acuerdo con su visión, ese equipo no iba para ningún lugar, porque entrenaba mal y no planificaba nada.
Los resultados avalan las palabras del exdelantero y hoy entrenador, que pinta un fresco grotesco de cómo era la Selección de Suárez, al que Rodolfo Villalobos y sus aliados defendieron hasta el final.
Sería bueno que ahora, que ya hay elementos para el diálogo platónico, los capitanes y otros jugadores, como Kendall Waston y Francisco Calvo, salgan a dar sus versiones, dado que en su momento fueron grandes defensores de Suárez.
¡Silencio atronador el de los seleccionados!
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL