Amado y odiado, pero nadie le pone la mano, según la medición de la audiencia.
Desde hace 24 años se convirtió en una tradición para, al menos, una tercera parte de las familias costarricenses conectarse a El chinamo, un ‘chiquito’ que vio la luz bajo los brazos de Ignacio Santos, actual director de Telenoticias.
Es un fenómeno de audiencia que surgió en el 2000, cuando estaba en lo más y mejor otro rotundo éxito televisivo como el desaparecido A todo dar, de Repretel canal 6.
El efecto de un programa como ese causó que los noticieros del país cambiaran de horario de su edición estelar de 6 p. m. a 7 p. m., porque el gusto de la gente era ver a un grupo de muchachas bailando y pegando brincos por dos horas.
En medio de esa oferta tan ‘creativa’, El chinamo presentaba una picardía única, cuya receta se ofrece en la época, considerada por la mayoría, como la más maravillosa del año.
Cuando la Liga consiguió una seguidilla de títulos nacionales (hace uuuuuuu), el dicho popular era que no había diciembre sin Chinamo, toros y Liga campeón.
Eso era una muestra del impacto de la producción del 7 en la gente, aunque, en este 2024, las redes rebeldes tratan de darle una apariencia que, si se basa en los números, no es una realidad absoluta, sino muestra tan solo una cara de la sociedad.
La polémica que se armó porque kölbi y el Banco Popular quitaron su presencia de marca en el programa por los Chinaokes venenosos que han lanzado desató una ola de opiniones diversas en las que, dependiendo de la burbuja en la que uno se encuentre, podría inducirlo a creer que es un producto en decadencia u objeto de un ataque del gobierno, que intenta imponer una especie de censura ante las críticas.
Pero, para tener una noción de cuál es el escenario más creíble hay que basarse en los datos.
La noche del viernes 20 de diciembre del 2024, según información a la que tuvo acceso ¡Qué Torta!, El chinamo tuvo un pico de un poco más de 19 puntos de rating, según la medición de Kantar Ibope Media, que da una herramienta por la que se guían la gran mayoría de canales nacionales y en la que también se apoyan las agencias para saber dónde dirigir su presupuesto de pauta.
Claro, porque parten del principio que entre más visto un espacio, pues habrá mayor chance de exposición de su cliente.
Esos 19 puntos de audiencia, la noche en que emitieron el Chinaoke de la señora de Purral, equivalen, aproximadamente y haciendo un cálculo al vuelo a un alcance entre el 1,3 millones y 1,5 millones de personas.
A algunos les costará creer que sea así, porque consideren que el Chinamo ofrece un contenido limitado y vacío; a otros les hace gracia.