Prácticamente tres semanas después del inicio de El show del mundial, programa que se estrenó por canal 7 desde Catar, el 14 de noviembre del 2022, hay suficiente material como para emitir un criterio sobre las sensaciones que deja la producción.
Al principio costó llegarle a la esencia, pero conforme avanzaron los días no quedaba duda. El espacio se asemeja, en estilo, a lo que los televidentes normalmente podrían esperar de El chinamo de Teletica.
Si a usted le gusta la charanga; el jolgorio; las vaciladas; ver a un pirata manejando ¿un taxi? con algún jugador hablando banalidades (algo muy parecido al concurso aquel que hacían Édgar Silva y Carlos Álvarez cuando regalaban harina); ver a un modelo deschingándose en medio desierto para quedar en una tanga de animal print o repartiendo frutas o productos exóticos que se venden en ese país asiático a sus compañeros de set, que en Costa Rica nadie tiene una idea de qué son, pues está bien apuntado.
Abundan los sketches (piezas o cuadros cómicos) de personajes campesinos; de una dama, que interpreta a un futbolista; de un locutor que anda de mochilero por Catar y que graba lo primero que se topa.
Eso sí, se habla muy poco de fútbol, el acento que se manejó hacia la Selección Nacional por el pésimo rendimiento que dio en la cancha (respaldado con números) fue sumamente liviano, casi que con pinzas. Lo más que uno distingue son resúmenes de las mejengas y pare de contar.
En El show del Mundial usted no se va a encontrar análisis y profundidad; tampoco peso periodístico en su oferta. No lo hay. Y no lo puede haber cuando quienes idearon el concepto (Mauricio Astorga, lo suyo es el teatro, los personajes y ahora esas peliculillas que se estrenan en cartelera, no el Periodismo; y Jorge Martínez, ausente en Catar por lo que NO todos ya conocen. ¿Cómo le habrá ido en la audiencia?) plantearon, ni siquiera una revista, sino algo parecido a una telecomedia en la Copa del Mundo.
Esto ocurre al montar en el avión hacia el Mundial a personajes y no periodistas.
¿Quiénes se salvan? La conducción de Cristian Sandoval es acertada, tiene personalidad para darle lectura a lo que sucede en los partidos del Mundial, pero le falta un compañero con el que pueda tocar la pelota de tú a tú en sus comentarios futbolísticos. Porque al final de cuentas no se debe perder de vista que la gente lo que quiere ver de un evento como este es qué sucede con los equipos que participan, no todo es color, color, color. Como decían las abuelitas, mucho de algo empalaga.
Y la receta de El show del Mundial es aficionados, aficionados y aficionados. No hay detalles, no hay curiosidades, historias, de todo eso que debe encontrarse en las calles de Catar.
El puntal más sobresaliente, sin duda, y en ¡Qué Torta! no nos equivocamos al darle esa lectura desde el primer programa, es el aporte que le da María Jesús Prada, nieta de la dueña de canal 7, con sus Crónicas de Catar. Simplemente son maravillosas. Nos atrevemos a decir que es el único material netamente periodístico que se pueda ver.
El programa se transmite a partir de las 9 p. m.