Gloria Paniagua es una docente, vecina de Barva de Heredia, licenciada en Educación Especial de la Universidad Nacional, quien en 1988 ingresó como docente a la escuela del Hospital Nacional de Niños como profesora de problemas de aprendizaje y pedagogía hospitalaria.
Allí comenzó una labor en favor de garantizar el derecho a la educación de los niños y jóvenes hospitalizados que le valió, a sus 68 años, recibir el premio Carlos Luis Sáenz Elizondo de la Junta de Pensiones y Jubilaciones del Magisterio Nacional (Jupema).
Al recibir el reconocimiento, Paniagua expresó: “Dedico el premio a mis padres, personas humildes y trabajadores que lograron darle educación a sus once hijos, a mi hermana Daysi, quien fue mi gran motivación, y en específico de manera especial a los educadores que trabajan en aulas hospitalarias en Costa Rica, en Latinoamérica y el mundo, porque es un trabajo que requiere estimularse y visibilizarse”.
El trabajo de la educadora en la escuela del Hospital Nacional de Niños trascendió fronteras a través de la Red Latinoamericana y del Caribe por el Derecho a la Educación de los Niños, Niñas y Adolescentes Hospitalizados y/o en Tratamiento; así como la Asociación Mundial de Educación Especial.
Ella también apoyó procesos de formación para docentes e iniciativas para el mejoramiento de su calidad de vida como miembro activo de las organizaciones magisteriales ANDE y ADEP.
En su comunidad, como miembro del Concejo de Distrito y de la Asociación Pro-Atención Integral de las Personas de la Tercera Edad, apoyó programas en favor de la población adulta mayor de Barva de Heredia.
Carlos Arias, director Ejecutivo de Jupema, explicó que el premio Carlos Luis Sáenz Elizondo se creó hace 16 años para resaltar la trayectoria de los trabajadores de la educación que fortalecen el sector e impactan positivamente en la sociedad costarricense.
Arias expresó: “Es un orgullo para Jupema y todo el Magisterio Nacional, entregar este galardón a doña Gloria, que más que una ganadora, es una digna representante del alma y el espíritu magisterial que habita en cada trabajador y trabajadora de la educación”