Juan Alberto Obando Campos, de 54 años, parqueó el tráiler que conducía a un lado de la carretera General Cañas, muy cerca del Centro Nacional de Convenciones, en Vista Nosara, de Ulloa, Heredia, porque debía esperar el horario en que los camiones de carga pesada pueden transitar por la vía.
Mientras hacía tiempo, dos delincuentes se le acercaron, lo amenazaron y le clavaron un punzón en el hombro derecho.
Toda esta acción ocurrió poco antes de las 6 p. m., de este jueves. Es muy probable que la herida causó una hemorragia interna y un ahogamiento inmediato a Obando, quien perdió la respiración y la vida.
¡Qué Torta! conversó con Jeilier Briones Campos, hermano menor por parte de madre de Juan Alberto, quien se mostró consternado con el ataque. “Ya no se puede vivir aquí”, manifestó refiriéndose a la inseguridad que golpea al país.
Briones comentó que este próximo fin de semana habían planeado una tamaleada familiar e iban a sacrificar un cerdito en una finquita que tenía Juan Alberto en Pocora de Guácimo, Limón.
El asesinato cambio los planes por completo y ahora en vez de celebración andan en carreras para darle santa sepultura este viernes en el camposanto La Piedad, en Santa Ana.
Jeilier vivía con su hermano en Lomas del Río, Pavas, y comentó que trabajaba desde unos tres años con la empresa de transportes.
“Nunca lo habían asaltado. A mi otro hermano, que trabaja para la misma compañía, ya le han robado varias veces. A él le dejaron los dos anillos de oro que siempre andaba”, indicó Jeilier.
De momento, las autoridades no tienen mayor información sobre los asesinos, si andaban a pie, en carro o en moto, ni tampoco características físicas que los identifiquen.
“Este país está corrupto. A uno primero le pegan un balazo y luego lo revisan a ver si lleva algo de valor. Nosotros teníamos la idea de irnos definitivamente a vivir a Pocora. Construir o alquilar. Uno está más tranquilo allá”, expresó Jeilier.