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Donald Trump y Volodímir Zelenski cocinan la paz bajo la mirada celestial del papa Francisco

En una escena cargada de simbolismo y esperanza, los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Ucrania, Volodímir Zelenski, se reunieron este sábado 26 de abril del 2025, dentro de la Basílica de San Pedro, justo antes del funeral del papa Francisco.

Bajo la imponente cúpula vaticana y ante los ojos del alma de quien luchó incesantemente por la paz, ambos líderes sostuvieron una “discusión muy productiva” sobre la guerra en Ucrania.

Las fotografías difundidas muestran a Trump y Zelenski sentados frente a frente, en un diálogo que la Casa Blanca describió como “muy productivo” y que el presidente ucraniano calificó como “una buena reunión”.

Zelenski manifestó su esperanza de lograr “un alto al fuego total e incondicional” y trabajar por “una paz fiable y duradera que impida que otra guerra vuelva a estallar”.

El contexto no podría ser más significativo: la última vez que Trump y Zelenski se vieron personalmente, las diferencias tensaron cualquier avance. 

Incluso, a inicios de este mes, el propio Trump y su secretario de Estado, Marco Rubio, amenazaron con abandonar las negociaciones de paz. Todo en medio de una escalada de violencia, con Rusia perpetrando apenas dos días antes el ataque aéreo más letal contra Kiev del 2025.

Sin embargo, esta nueva conversación —bajo la solemnidad del Vaticano y el legado vivo de Francisco— podría marcar un antes y un después. Zelenski no dudó en señalar que fue “una reunión muy simbólica” y que podría “convertirse en histórica” si se logran avances conjuntos.

Más de 250.000 personas despidieron al papa Francisco.

Desde el inicio de la invasión rusa en el 2022, el papa Francisco no cesó de alzar su voz por la paz en Ucrania. 

Condenó con firmeza la violencia, calificó el conflicto como una “masacre insensata” y clamó incansablemente por un alto al fuego inmediato. 

En cada aparición pública, el pontífice pidió proteger a la población civil, denunció el sufrimiento de los inocentes y llamó a encontrar soluciones mediante el diálogo, recordando siempre que “la guerra es una derrota para toda la humanidad”.

Mientras el mundo despedía al papa, que nunca dejó de pedir por el fin de las guerras, en ese mismo instante y lugar, quizás se encendió una chispa de esperanza para detener uno de los conflictos más devastadores de la actualidad.

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