Al menos diez pacientes con COVID-19 fallecieron sepultados por el desplome del hotel Xinjia Express, en el barrio de Licheng, en la ciudad de Quanzhou, que pertenece a Canton, en la provincia suroriental china de Fujian.
Ese lugar se convirtió en un centro de asistencia médica para las personas que tuvieron contacto cercano con portadores del coronavirus y permanecían en cuarentena.
El Ministerio de Emergencias del gigante asiático informó que los rescatistas tratan de sacar con vida a 23 personas que permanecen atrapadas.
En el edificio había 71 enfermos, cuando el hotel se hundió. Según una investigación preliminar, el dueño confirmó que se realizaban labores de decoración de interiores en el primer piso cuando se produjo el accidente. Su propietario fue detenido.
La construcción de la estructura comenzó en el 2013. En el 2018 fue acondicionado para servir como hotel, con un total de 66 habitaciones.
Más de 1.000 bomberos, policías y médicos participaron en las labores de socorro y el Ministerio de Emergencias envió un equipo de trabajo a la ciudad para apoyar las labores de rescate e investigar las causas de la tragedia.
Con información de la agencia Xinhua.