El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, suma más de cinco años de no poner un pie en Costa Rica, de acuerdo con registros de la Dirección General de Migración.
Para ser más precisos, la institución indicó que la última vez que el líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) estuvo en suelo nacional fue el 28 de enero del 2015. Ese mismo día abandonó el país.
El reporte de las autoridades se basa únicamente en ingresos y salidas por puestos autorizados del país, como Peñas Blancas, a nivel terrestre; el aeropuerto internacional Juan Santamaría (Alajuela) o el Daniel Oduber Quirós (Liberia, Guanacaste) a nivel aéreo.
La información recobra importancia ante una publicación que realizó la periodista Glenda Umaña (expresentadora de CNN), quien sostuvo, bajo supuestos, que Ortega “podría haber estado en el hospital Cima en Costa Rica hace unas semanas”.
El comentario lo hizo en sus redes sociales este lunes y recibió una respuesta en Twitter de la corresponsal de Univisión en Nicaragua, Tifani Roberts, quien le advirtió que teme “que eso es ‘fake news’. Ortega nunca puso un pie en Costa Rica”.
Esa última vez que el dictador nicaragüense viajó a Costa Rica fue para participar en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se llevó a cabo en el centro de eventos Pedregal, en San Antonio de Belén.
“Se habría practicado una gastroscopía antes de regresar a Managua. Al presidente nicaragüense Daniel Ortega no se le ha visto en los últimos 23 días, no se sabe nada de él y no asistió al homenaje del diputado fallecido y cercano amigo suyo Jacinto Juárez”, escribió Umaña.
Todas estas especulaciones surgen a raíz de la desaparición de Ortega de la vida pública. La última vez que se le vio en una actividad fue el 12 de marzo anterior, en una reunión virtual extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno del Sistema de Integración Centroamericano (SICA).
Muchos rumores apuntan a su muerte, a que se contagió con coronavirus y está grave y otros de sus propios partidarios le alistan su “supuesta” despedida. Lo cierto es que sigue vivo, hasta que una autoridad oficial diga lo contrario.