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Cazafortunas se luce con chuzos de casi un millón de dólares de Alberto Rodríguez Baldi

La partida del empresario Alberto Rodríguez Baldi desató el inicio de un pulso doloroso por algunos de sus bienes. 

Y el mayor problema tiene un origen focalizado. Su examante, la modelo Paola Otoya, sigue sin devolver los bienes del difunto.

Según se enteró ¡Qué Torta! por fuentes absolutamente confiables, la listica es larga.

Una exesposa de Baldi le pidió a Paola que se manifestara y devolviera:

  • Un Ferrari Portofino, valorado en el Registro Nacional en $340.000 (este deportivo tiene una demanda en materia de familia desde el 31 de julio del 2025).
  • Un Mercedes Benz G500.
  • Un Range Rover, hecho a la medida, valorado en unos $400.000.
  • Una colección fina de relojes, entre los que hay: Rolex, Patek Philippe, Jaeger LeCoultre, Richard Mille y más.

También se soltó el rumor que don Alberto dejó una jugosa suma de dinero en efectivo en el apartamento donde vivió sus últimos días, sitio en el que están todos los bienes (condominio Central Park Escazú).

Lo triste de esta situación es que, aparentemente, Otoya no se conforma, se habría sentado en la galleta y se rehúsa a devolver el celular, la computadora, las chequeras… ¡ni siquiera los calzoncillos del difunto quiere entregar!

Y la pregunta que surge es: ¿será que Paolita no logró sacar su tajadota en vida y ahora anda desesperada por ver qué aprovecha de don Alberto?

Al final, lo que se comentaba en redes resultó ser cierto: la misma mujer que dejó en la calle a su exesposo Alberto Quirós, de JBQ, ahora pretende repetir la jugada con la viuda de Baldi.

Cabe destacar que Otoya es ampliamente conocida por ser agresiva, tiene serios problemas de paranoia, impulsividad y una enorme capacidad para inventar cuánta cosa se le ocurra en la cabeza. 

La pregunta del millón es: ¿quién será la próxima víctima de la cazafortunas o ya se le cayó la máscara?

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