En el pequeño distrito de Cangrejal de Acosta, la comunidad se reunió para despedir, entre lágrimas e indignación, a uno de sus hijos: el colegial asesinado Keylor Gamboa Muñoz, de 19 años.
Es un pueblo tranquilo, ajeno a golpes tan dramáticos como este. Se ubica a unos 20 minutos de San Ignacio y cuesta llegar por el pésimo estado del camino.
Familiares y amigos piden justicia a las autoridades para que, esta vez, el criminal de apellidos Zepeda Rubí, de 34 años, sí cumpla el castigo detrás de las rejas y no lo suelten, ni le den beneficios, como ya ocurrió.

La misa de funeral se realizó en la iglesia católica de Cangrejal y posteriormente el cuerpo de Gamboa lo sepultaron en el cementerio local.
La víctima nació en ese lugar, pero se fue con sus padres a vivir a Desamparados.
El estudiante se graduó la semana anterior junto con su novia, Larisa Madrigal, de quinto año del liceo de San Antonio de Desamparados.
La pareja sufrió un ataque desgarrador a manos de Zepeda Rubí, la madrugada del lunes 26 de diciembre del 2022, en barrio Pinto, frente al polideportivo de Zapote, cuando los amenazó con un cuchillo de cocina para asaltarlos.

Incluso, se supo que el salvaje trató de sobrepasarse con Madrigal.
Gamboa recibió una cuchillada en el cuello y falleció en el hospital Calderón Guardia. La joven se llevó algunas cortadas en las manos, como señal de que se defendió del maleante.
Producto del forcejeo con el colegial, Zepeda presenta un corte en el pecho y una herida en uno de los muslos. El Juzgado Penal del Segundo Circuito Judicial de San José le recetó cinco meses de prisión preventiva por el homicidio.