Guillermo Solano es camarógrafo, fotógrafo y policía de la Fuerza Pública.
Durante 29 años ha cubierto numerosas situaciones de alta tensión, pero nunca una como la de la noche del jueves 21 de noviembre anterior.
A Solano le entró temor cuando un encapuchado agarró una pichinga de gasolina; primero comenzó a bañar la calle, luego lo pringó a él y a dos de sus compañeros y finalmente bañó a otro más que trató de frenar al antisocial UCR, frente a la Facultad de Derecho, en San Pedro de Montes de Oca.
“Me acuerdo en Siquirres (Limón) que para el combo (protestas contra la privatización del ICE en marzo del 2000) iban a limpiar (los policías) y había muchas llantas; un manifestante echó un fósforo, pero su intención fue tirárselos a las llantas. La diferencia es que nunca había visto que alguien agarrara un recipiente con combustible e intentara quemar a los oficiales”, recordó Solano.
Memo (así se le conoce de cariño) grabó el momento exacto en que los alborotadores se volvieron locos con el combustible.
En una toma captó cuando el encapuchado le lanzó una cantidad considerable de gasolina a su compañero Nelson Barquero. La grabación se cortó de pronto. Él explica su reacción.
“No quería quedarme más ahí. Esta persona tenía intención de bañarnos con gasolina y lo hizo. Mejor me retiré con mis compañeros, había mucho fuego y es un material inflamable. Tuve temor y por eso corté la imagen. No me podía quedar grabando, tenía el ojo puesto en el lente y no sabía qué más podía suceder”, comentó en entrevista con ¡Qué Torta!
Solano es la persona a la que se escucha llamar la atención de sus compañeros en un momento de adrenalina pura para que se protejan y se defiendan ante el ataque.
Una vez que todo se terminó y llegó a descansar a su casa, sintió un gran alivio.
“Le dije al Señor ¡gracias!, porque me cuidaste y me protegiste. ¡Gracias Dios!, porque me cubriste. Yo vi a tres uniformados envueltos en fuego como antorchas humanas. Me imaginé mi cuerpo quemado con quemaduras graves”, detalló.