La niña, de cuatro años, a la que asesinaron en la casa, en Tuetal Sur, de San José de Alajuela, tenía destrozados el hígado y el corazón.
Así lo reveló la autopsia que le practicaron en la morgue judicial, en San Joaquín de Flores, Heredia.
Wálter Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), afirmó que esos órganos presentaban “laceraciones” que le provocaron “hemorragias internas” a la pequeña y finalmente la muerte.
El caso se investiga como una “muerte homicida”. La menor tenía golpes en todo el cuerpo, tanto recientes como antiguos, que encajan con el síndrome del niño agredido.
La Fiscalía Adjunta de Alajuela abrió una investigación por homicidio calificado contra la mamá de la chiquita, una mujer de apellidos Mejías Vargas, así como contra el padrastro, de apellidos Herrera Ayala.
Se está a la espera de que se determine si les imponen prisión preventiva como medida cautelar.
