Bernardo Arévalo asumió el cargo de Presidente de Guatemala después de que varios cancilleres de la región, entre los que se encontraba el costarricense Arnoldo André Tinoco, manifestaran su apoyo al mandatario electo y urgieran al Congreso de ese país a entregar el poder.
En el video, Luis Almagro, Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) declaró “el pueblo guatemalteco expresó su voluntad democrática en elecciones justas, libres y transparentes, avaladas por la comunidad internacional a través de sus misiones de observación electoral. Esa voluntad popular debe ser respetada”.
El día del traspaso de poderes, el Congreso guatemalteco votó a favor de no reconocer a los 23 diputados del partido oficialista Semilla como parte de una bancada, sino como independientes pues el Tribunal Constitucional suspendió al partido político. Esto suma una dificultad para que juren sus cargos.
Arévalo ganó en la segunda ronda de las elecciones de Guatemala país el pasado 23 de junio. No obstante, la Fiscalía sostiene que el partido Semilla presenta irregularidades en su financiación y los suspendió, por lo cual considera que el resultado de los comicios es nulo.
La OEA había expresado que estas acciones son un intento de golpe de estado. En diciembre Bernardo Arévalo visitó Costa Rica y el presidente Rodrigo Chaves le dio su apoyo y cumplió su promesa de acudir a la toma de posesión de Arévalo. Chaves había reconocido el resultado de la elección y condenó las acciones de la Fiscalía guatemalteca.
El presidente Arévalo obtuvo el 60% de los votos con un mensaje anticorrupción en el que aseguró que su país es controlado por “élites político-criminales”. Asume el poder con el Congreso y el poder Judicial en su contra, desde estas instituciones se hará todo lo posible por bloquear sus iniciativas de cambio.