Del amor al odio hay solo un paso.
Que lo diga Elena Correa, quien en cuestión de dos meses tuvo un repentino cambio en sus sentimientos.
En su primera declaración, del 27 de abril del 2023, sobre el burunbún que protagoniza con su exesposo, el exitoso empresario Carlos Rodríguez, juraba que lo amó y que todavía lo ama.
Sin embargo, como han evolucionado los diversos procesos judiciales que enfrentan (divorcio y acusaciones entre sí por violencia doméstica y sustracción de bienes), ella misma acepta que “no hay sentimientos lindos”, algo que se nota de manera mutua.
Y aunque se ha puesto sobre la mesa un tema de medidas cautelares entre ellos por malos tratos, el centro de la discusión es la plata.
Correa exigió al principio ¢8 millones de pensión al mes, luego se bajó a ¢4 millones y ahora el asunto queda en veremos, porque Rodríguez no depositó lo que le ordenó el Juzgado Contravencional de San Rafael de Heredia, la última semana de mayo del 2023.
Y la ley está del lado de él, quien no irá preso por deudas por pensión alimentaria debido a su edad, ya que tiene 75 años y como es adulto mayor no se gira una orden de apremio corporal (que lo detengan para llevarlo al tabo).
Esa victoria se suma a otra en la que le quitaron las medidas cautelares que se le habían impuesto ante solicitud de su expareja.
Pero la pretensión de la Miss Costa Rica 2017 va más allá, según lo afirmó en su momento su abogado, Fernando Beirute.
Están en juego las ganancias que obtuvo Rodríguez o los bienes que adquirió a lo largo de una relación que sostuvo con Correa durante diez años y que inició en el 2013 (seis años de unión libre y cuatro años de matrimonio, se casaron en el 2019).
En ese periodo se contemplaría el negociazo que cerró el empresario de bienes raíces con el Grupo Nación, cuando vendió La Guácima, el 19 de julio del 2013, por $12 millones, según informó La Nación en aquel momento.
Esa disputa de reparto de harina y bienes se llevaría su ratico e incluso, no se descartaría del todo una conciliación para que firmen el divorcio.
Correa ha señalado a su exmarido (están separados aunque en el papel siguen casados) como infiel, agresor, entre otros comportamientos.
Sostuvo que participar en Miss Costa Rica fue un absoluto infierno, porque Rodríguez no concebía que mujeres bonitas estuvieran en ese concurso.
Pero si se repasan las declaraciones de aquel momento aparentaban lo contrario. “La apoyo al 100%”, declaró Rodríguez, cuando le preguntaron en el 2016 qué le parecía que su novia aspirara a la corona.
En aquella intervención, Correa reconoció que era celosa, pero que trataba de controlarse “un poquito más”.
Entre ambos hay una diferencia de 43 años (Correa tiene 32 años y Rodríguez 75 años).
Gracias a su relación, la joven estudió Medicina y Cirugía, obtuvo maestrías en Administración de Empresas, se incorporó a negocios de bienes raíces y una lista interminable de actividades económicas.
¿Cuál fue el detonante de su separación? Es algo que no han ventilado públicamente y se conoce en la intimidad del debate.
¿Cómo aguantó Correa diez años de aparentes humillaciones, tal y como lo expresó? Es difícil entenderlo.
Pareciera que Elena ya superó la cabanga, que lo diga el tiktoker Alex Alvarado, cuyo video la habría metido en otra bronca.
Lo cierto es que este pleitazo se llevará su tiempito. Habrá que esperar en qué termina la devolución de peluches.