El alcalde de Aserrí, Oldemar García Segura, salió corriendo del Partido Liberación Nacional (PLN) apenas se dio cuenta que le impidieron poner como candidata a la primera Vicealcaldía a su hija, Andrea Marcela García Navarro, de 43 años.
En su berrinche politiquero se llevó en ese movimiento a Olman Álvarez, actual presidente municipal en Aserrí y candidato a la Alcaldía por el partido Agenda Democrática Nacional (ADN).
García y Álvarez eran pericos, pericos, hasta la muerte, tanto que llevan años ordeñando la ubre comunal y quieren sostener el poder a como dé lugar.
Muestra de ello es que se quitaron rapidito el ADN de Liberación, como si fuera un calzoncillo, y ahora se pusieron el del partido ADN.

Oldemar García también se salió con la suya, porque siempre logró que su hija, Andrea Marcela García Navarro, sea parte de la fórmula municipal de ADN y luche por acomodarse en la primera Vicealcaldía, donde se redondearía un salariazo promedio de ¢1,6 millones por mes. Nada mal.
PLN puso reglas claras
Al alcalde de Aserrí se le empezó a desacomodar el naipe el sábado 13 de mayo del 2023, en la Asamblea Nacional del PLN.
Ese día, la agrupación prohibió, al aprobar una restricción en sus estatutos, que cualquier familiar directo de un alcalde verdiblanco en ejercicio optara por un puesto en la fórmula principal de las elecciones municipales del 2024.
Así eliminaron el nepotismo en las candidaturas. Sin embargo, esto no le cuadró a Oldemar García, quien fue uno de los únicos dos asambleístas que votó en contra de esa propuesta.
Pasaron los meses, planificó su salida del PLN y el 18 de agosto presentó su renuncia a la agrupación lanzando una bomba de humo y alegando choques con el diputado liberacionista, Gilberth Jiménez.
Por supuesto que Oldemar García no mencionó que se iba, porque con esa norma le amarraron las manos para poner a dedo a su hija, Andrea Marcela García Navarro, como candidata a la primera Vicealcaldía, y seguir agarrado de la ubre.
Algunos vecinos de Aserrí se han extrañado, porque en campaña tratan de confundirlos con que todo es parte del mismo movimiento político, cuando no se así. Las actuales fichas que sostienen el poder municipal en ese cantón josefino son de ADN.