Keilyn Ruiz es una joven madre de Pococí. Ella considera que ser policía es una profesión muy honorables y guía sus esfuerzos con el objetivo de mejorar la seguridad del país, así como también que su pequeña hija se sienta muy orgullosa de tener una mamá policía.
Ella forma parte del grupo de 28 mujeres y 77 hombres procedentes de todo el país que realizaron su juramente como futuros policías en la Capellanía del Ministerio de Seguridad. Los 105 son los nuevos estudiantes del Curso de Gestión de la Seguridad Pública que harán en la Academia Nacional de Policía.
La Academia se encuentra en La Rita de Pococí, en la provincia de Limón. En ese lugar los estudiantes recibirán capacitación durante siete meses, después de los cuales pasarán a la sede de Murciélago, en Guanacaste. Al concluir el proceso tendrán que hacer una práctica supervisada antes de su graduación.
La formación incluye conocimientos en diversas áreas como la jurídica, policial, humanística y armas, entre otras. El Ministerio de Seguridad Pública (MSP) espera que con los contenidos de los cursos los nuevos oficiales sean capaces de ofrecer un servicio de calidad a la población.
La mayoría de los futuros policías son jóvenes como Caleb Barrantes, quien dejó Pérez Zeledón para cumplir su sueño de la infancia de ser policía. También está el caso de Jennifer Zúñiga, una joven cabécar de Talamanca, quien viajó para formarse con el objetivo de servir como policía en las comunidades indígenas.
El preparar a esta generación de policías es parte del compromiso de la Fuerza Pública para contener la criminalidad en el país. La guerra entre bandas de narcotraficantes es la principal causa de la cifra histórica de 907 homicidios con la que cerró 2023, según datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).